Imagina un cetáceo de hasta 18 metros de longitud surcando las aguas del Estrecho de Magallanes, moviendo sus imponentes aletas pectorales de 5 metros mientras realiza saltos acrobáticos que rompen la superficie del agua. Este espectáculo es solo una de las maravillas que las ballenas jorobadas ofrecen en su hábitat natural, una experiencia que transforma y conecta profundamente con la naturaleza.
En nuestras expediciones Pumas, Penguins and Whales y Humpback Whales of the Strait of Magellan, puedes ser testigo de este encuentro único con los gigantes del océano.
Sorprendentes Características de las Ballenas Jorobadas
La ballena jorobada (Megaptera novaeangliae) es una especie del orden Cetácea perteneciente a la familia Balaenopteridae, conocida por su impresionante tamaño, comportamiento acrobático y adaptaciones únicas.
Las hembras pueden alcanzar hasta 18 metros de longitud, mientras que los machos son ligeramente más pequeños. Su cuerpo robusto presenta protuberancias en la cabeza y en el borde de las aletas pectorales, que suelen estar colonizadas por epibiontes como picorocos y crustáceos ciamidos, conocidos como «piojos de mar.» En lugar de dientes, estas ballenas poseen barbas de queratina que utilizan para filtrar su alimento.
Una característica distintiva es su aleta caudal o cola, cuya forma, tamaño, coloración y cicatrices son únicas para cada individuo. Estas variaciones permiten a los investigadores identificarlas mediante un método llamado fotoidentificación, fundamental para monitorear sus poblaciones y estudiar su comportamiento.
Su comportamiento aéreo es otro de sus grandes atractivos. Las ballenas jorobadas suelen realizar saltos fuera del agua, sacar la cabeza para observar la superficie y golpear repetidamente el agua con sus aletas pectorales y/o cola, fascinando a quienes tienen la suerte de verlas.
Aleta pectoral - Ballena Jorobada
Salto fuera del agua - Ballena Jorobada
Aleta caudal o cola - Ballena Jorobada
Un legado histórico en las aguas del Estrecho de Magallanes
La relación entre las ballenas jorobadas y el Estrecho de Magallanes tiene profundas raíces históricas. Fue el navegante Pedro Sarmiento de Gamboa quien documentó por primera vez la presencia de estos gigantes marinos durante sus expediciones en 1579 y 1580. A lo largo de los siglos, otros naturalistas y navegantes continuaron observando a las ballenas jorobadas, pero no fue sino hasta el siglo XX cuando la historia de su relación con el estrecho se tornó más triste debido a la caza comercial.
Este período de caza intensiva llevó a las ballenas jorobadas al borde de la extinción. En 1982, Chile tomó una decisión clave para proteger la vida marina al sumarse a la prohibición de la caza comercial de ballenas impulsada por la Comisión Ballenera Internacional (CBI),una medida que sigue vigente hasta hoy en las aguas chilenas. Sin embargo, hacia finales del siglo XX, un giro importante ocurrió. En los años 1997 y 1998, un grupo de investigadores documentó 38 avistamientos de ballenas jorobadas en los fiordos y canales patagónicos. Estos avistamientos confirmaron la presencia de las ballenas en la región y resaltaron la zona alrededor de la Isla Carlos III como una importante área de alimentación para la ballena jorobada durante la temporada estival.
El Parque Marino Francisco Coloane: Un Refugio de Biodiversidad
El Estrecho de Magallanes, con sus 560 kilómetros de longitud y un ancho que varía entre 4 y 27 kilómetros, no es solo un paso estratégico entre los océanos Pacífico y Atlántico. Es también un ecosistema único y un refugio para la biodiversidad marina.
En las aguas del estrecho se encuentra el Parque Marino Francisco Coloane, un área protegida que rodea la Isla Carlos III. Aquí, aguas oceánicas y continentales se mezclan, enriquecidas por las corrientes del Atlántico y el Pacífico, especialmente, la Corriente del Cabo de Hornos y por aportes de glaciares como el Santa Inés y las aguas cargadas de nutrientes del Seno Otway, que ingresan a través del Canal Jerónimo.
Estas características convierten el Estrecho de Magallanes en una zona de alta productividad biológica, capaz de albergar una diversidad marina excepcional. Desde pequeños crustáceos hasta grandes mamíferos marinos como ballenas y delfines.
Migración y Sitios de Fidelidad
La ballena jorobada es una especie cosmopolita y altamente migratoria, se distribuye en todos los océanos del planeta y son visitantes icónicas del Parque Marino Francisco Coloane. Cada verano y otoño, estas majestuosas criaturas recorren más de 8,000 kilómetros desde las aguas tropicales de Panamá, Colombia y Ecuador, donde se reproducen y paren sus crías, hasta las frías y ricas aguas del Estrecho de Magallanes.
Durante su estancia en estas zonas de alimentación, consumen grandes cantidades de krill, sardinas y langostinos, acumulando reservas de grasa esenciales para sobrevivir en los meses de migración y reproducción, cuando no se alimentan.
Una de las características más fascinantes de esta especie es su fidelidad a los sitios de alimentación y reproducción, regresando año tras año a las mismas áreas: En el Parque Marino Francisco Coloane se han identificado más de 200 individuos y muchos de ellos llegan hace más de 20 años al mismo lugar para alimentarse!
Más Allá de las Ballenas: Un Viaje Lleno de Vida
Además, en nuestras expediciones para avistamiento de ballenas jorobadas: Pumas Penguins and Whales y Humpback Whales of the Strait of Magellan puedes avistar colonias de lobos marinos, pingüinos de Magallanes, cormoran imperial, delfines australes y una gran variedad de aves marinas. Este viaje es una experiencia inspiradora, donde la biodiversidad del estrecho te dejará asombrado.
¡Ven a descubrir el fascinante mundo de las ballenas y más en Patagonia!
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