El Cururo, un roedor endémico de Chile Central

El Cururo (Spalacopus cyanus) es un roedor endémico de Chile perteneciente a la familia Octodontidae y habita desde la región de Atacama hasta la región del Bío-Bío, desde el nivel del mar hasta los 3.400 m. En la cordillera de la zona central de Chile son muy abundantes y no es difícil observarlos. Incluso con un poco de paciencia se logran ver sus cabezas asomarse de vez en cuando. Fue descrito por el naturalista chileno Juan Ignacio Molina en 1782.

Es un roedor de cuerpo pequeño (10 cm), de forma cilíndrica, orejas pequeñas, ojos chicos azulados; pero no atrofiados, generalmente de color negro o gris oscuro y cola corta. Sus extremidades delanteras presentan grandes garras prensiles, tiene poderosos incisivos capaces de masticar duras raíces, además su pelaje es corto y de color negro azabache.

Se caracteriza por construir túneles profundos en terrenos cubiertos de vegetación con raíces comestibles o bulbos. Las entradas se reconocen por los «montoncitos» de tierra, son capaces de horadar extensas áreas de pastizales o laderas. Muy sociable, vive en grupos de 6 a 15 individuos. Cada hembra pare una a dos veces por año una camada de una a tres crías muy dependientes de la madre con pelaje completo del mismo color que los adultos. Cuando sus galerías se acercan a terrenos usados por humanos se transforma en un problema de plaga para la comunidad humana. En tiempos de sequía se ocultan en las profundidades y se hace de hábitos sólo nocturnos. Construye galerías subterráneas, las que no abandona, pero asoma su cabeza en las entradas cuando sale el sol. Sus galerías son inconfundibles, ya que en cada entrada o salida hay un montículo que se forma con la tierra que el animal extrae al cavar. Son muy difíciles de ver en luz diurna, son tímidos y rehúyen de la presencia humana, son muy activos en al atardecer y no abandonan nunca la entrada de sus cuevas. Se comunica con sonidos que resuenan en los túneles. Cuando la vegetación del terreno disminuye, la colonia se traslada durante la noche. A menudo limpian sus entradas de las galerías sacando palitos, piedras o terrones que puedan bloquearla.