Los Lobos Finos se caracterizan por tener una piel más fina que el Lobo de Mar Común, Otaria flavescens, con dos capas de pelo, una gruesa, larga y brillante y la otra más fina y lanosa. En Chile existen tres especies de lobos finos: Lobo Fino Austral, Arctocephalus australis, Lobo Fino de Juan Fernández, Arctocephalus philippii y Lobo Fino Antártico, Arctocephalus gazella.
El Lobo Fino Austral, Arctocephalus australis posee un pelaje muy denso, su coloración general es café oscuro con tintes grisáceos. El hocico es aguzado y alargado y las aberturas nasales están dirigidas hacia adelante, por lo que la nariz sobrepasa la boca, una característica que lo distingue del Lobo Fino de Juan Fernández. Posee ojos grandes en relación al cuerpo, que se encuentran bien adaptados para visión tanto en tierra como bajo el agua. Su cuerpo es más pequeño y menos robusto que el Lobo Marino Común. Presentan dimorfismo sexual. Los machos son 1,3 veces más grandes y 3 veces más pesados que las hembras, alcanzando entre 120 a 200 kg de peso. Los Lobos Finos Australes son comparables en tamaño y peso con los Lobos Finos Antárticos, sin embargo, la coloración es diferente, siendo estos últimos más oscuros con una mancha amarilla en la cara y pecho. Además presentan un penacho de pelos en la coronilla (machos).
Los Lobos Finos Antárticos, son más pequeños, poseen un hocico de menor longitud y una coloración del pelaje más clara. La reproducción ocurre entre Octubre-Noviembre y las hembras tienen una sola cría. Los machos alcanzan la madurez sexual entre los 3- 5 años. El nexo materno se mantiene por casi 1 año. En algunas colonias existe la predación de machos sobre crías.
La actividad principal fuera del agua en época no reproductiva es el acicalamiento. Cuando la temporada de reproducción está activa, los grupos de machos se instalan en zonas alejadas del área de cría. Se alimentan de peces, crustáceos y ocasionalmente de aves marinas. Las poblaciones de Lobo Fino Austral se ubican entre la XV y la XII región y se estima su número entre 235.000-285.000 individuos (Arnould 2008). En los años 80´ se cazaron cantidades desconocidas para utilizarlas como carnada en la pesca de la centolla en el sur de Chile. En la actualidad el mayor riesgo para el Lobo Fino Austral es la muerte accidental por enmalles en la pesquería comercial y la contaminación de las aguas marinas con plásticos y residuos de la minería.
Por su parte, el Lobo Fino Antártico, Arctocephalus gazella presenta un marcado dimorfismo sexual. Los machos pueden medir 2,2 m de longitud pesar y 110 a 220 k de peso mientras que las hembras miden 1.4 mt y pesan 22 a 60 kg. Su hocico es proporcionalmente más corto y redondeado al compararlos con otros lobos marinos. La coloración normal de un macho adulto es café grisáceo con una melena canosa , el cuello y pecho puede ser gris plateado. La cara es un poco más oscuro que el resto del cuerpo. Las hembras poseen en el cuello, pecho y vientre una coloración más pálida que llega a ser blanca. Existen morfos con leucismo donde la mayoría del pelaje se observa de una coloración amarilla. Morfológicamente es similar a otros Arctocephalus pero en este caso la forma del hocico es más redondeada.
Los machos comienzan a formar harems en Noviembre de entre 5 a 15 hembras. Paren 1 sola cría que puede pesar entre 6-7 kg y llegan a medir 60-70 cm de longitud. (Jefferson et al.1993) Ocasionalmente se registran nacimientos de mellizos. Puesto que no se observan hembras durante el invierno, se cree que migran, pero no hay información hacia dónde lo hacen, probablemente al norte. Los machos permancen cerca de las colonias durante el invierno. Luego del destete las hembras adultas y los cachorros abandonan las colonias y no regresan a la costa hasta la próxima temporada. En términos generales, las hembras permancen entre el 65 – 80% de su vida en el mar y 20-35% fuera del agua. Se alimenta de peces, krill, calamares y a veces de pingüinos. (Georgias del Sur) Bucean para encontrar su alimento llegando incluso a los 100 mts de profundidad.
Especie altamente distribuida en islas al sur de la convergencia Antártica, desde el oeste de la península Antártica hasta isla Macquarie y Georgias del Sur.
El Lobo Fino de Juan Fernández, Arctocephalus philippii es el único lobo fino Endémico de Chile y el segundo más pequeño después del lobo fino de las Galápagos. Corresponde a una especie que habita exclusivamente en el Archipiélago de Juan Fernández e islas Desventuradas. Los machos adultos miden alrededor de 2,1 m de longitud (Reeves et al. 2002) y las hembras 1,5 m (Osman 2007) desde la punta de la nariz hasta la cola. Los machos pueden pesar 140 kg y las hembras 48 kg (Francis et al. 1998; Osman 2007). Al nacer, los machos pesan 6,1 kg y las hembras 5,5 kg (Ochoa-Acuña et al. 1998). Sus poblaciones se concentran en el Archipiélago de Juan Fernández y en las Islas Desventuradas aunque se estima que el 99% de la población se encuentra en Juan Fernandez. Ejemplares vagantes se han encontrado en la costa del Pacífico de América del Sur, desde el sur del Perú por el norte, hasta la Patagonia chilena por el sur. El lobo fino de Juan Fernández habita zonas rocosas, playas de bolones o de canto rodado y playas de arena generalmente inaccesibles. Las principales amenazas de esta especie son el enmallamiento en redes de pesca e interacciones negativas con animales domésticos como perros.
Posee una piel que cuenta con dos capas de pelo, la más externa está compuesta por pelos gruesos, largos, y brillante; la más interna en cambio, es de pelos más lanosos, densos, y delgados, los que le brindan un mayor aislamiento de las frías aguas.
Esta especie presenta un importante dimorfismo sexual, teniendo el macho adulto alrededor del 2 m de largo, y un peso de 140 kg, mientras que la hembra 1,4 m de largo, con un peso de 48 kg. Al nacer, las crías miden aproximadamente entre 65 y 68 cm., y pesan entre 6,2 y 6,9 kg. Nacen con un pelaje muy suave y abrigado, de color negro. Es polígamo. La temporada de cría dura desde mediados de noviembre hasta finales de enero. Las colonias son abandonadas generalmente a principios de septiembre, nunca registrando lobos luego de mediados de octubre. Prefiere reproducirse en costas rocosas, con grutas, y aleros. El macho dominante defiende un pequeño harén compuesto en promedio por 4 hembras, situadas sobre un territorio costero de sólo 36 m². A veces también mantiene un territorio en las aguas costeras, el que será entonces mucho más grande. La mayor parte de las hembras dan a luz a los pocos días de llegar a la colonia. El tiempo medio desde que pare hasta que sale por primera vez a alimentarse en el mar, posteriormente al apareamiento, es de 11,3 días. La hembra puede estar en el mar, lejos del cachorro, desde 1 a 25 días, siendo la media de 12,3 días. Al volver, y antes de emprender un nuevo viaje, permanece un tiempo alimentando al cachorro; la duración de este periodo es de 7 h a 15,8 días con un promedio de 5,3 días. Los cachorros son amamantados durante 7 a 10 meses.
Las hembras de esta especie tienen los viajes de alimentación más prolongados entre todos los taxones de otáridos. En estudios que emplearon registros de geolocalización, la media de distancia recorrida fuera de la colonia de cría fue de 653 km; la hembra que menos viajó fue una que hizo 550 km. La mayor parte de la migración fue hacia las aguas profundas situadas al suroeste y al oeste del archipiélago de Juan Fernández. A pesar de ello, es entre todos los otáridos la que realiza inmersiones a menor profundidad y más cortas: la profundidad media estudiada fue de sólo 12,3 mt y la duración media fue de 51 seg. Los máximos medidos de cada ítem para esta subespecie son 90 a 100 metros y 6 minutos, respectivamente. La mayoría de las inmersiones en busca de alimento ocurren durante la noche. La población de esta subespecie fue estimada, luego de la temporada de cría del verano austral de 1990-1991, en 12 000 ejemplares.Como el tamaño de su población es aún limitado, sumado al hecho de que la subespecie pasó por un cuello de botella genético, se encuentra en estado vulnerable frente a eventos catastróficos, brotes de alguna enfermedad, derrames de petróleo, alteraciones de su hábitat, conflictos pesqueros, etc.
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