La fotografía de aves puede ser, para algunos, algo muy complicado de lograr a veces. Lo que sí sabemos es que para obtener una buena fotografía se requiere de mucha práctica en terreno, usar un equipo relativamente adecuado y poseer cierto conocimiento de la conducta de las aves. Si queremos, por ejemplo, fotografiar un rayadito, debemos buscarlo en su ambiente, es decir, en los bosques. Lo mismo para el resto de las especies. Cada una tiene su hábitat y conducta que deberemos conocer antes de acercarnos a ella.
Primero, podríamos decir que no es necesario tener el equipo más caro del mercado para lograr la mejor fotografía. Los buenos fotógrafos consiguen buenas fotografías sin importar el equipo que tengan en sus manos. Eso sí, los buenos equipos que existen en la actualidad nos pueden facilitar mucho el trabajo. Con un buen autofoco podemos enfocar lo más rápido posible a ese veloz halcón que cruza frente a nosotros, lo que nos costaría mucho lograr con un equipo no muy moderno.
El otro ítem a tener en cuenta es el lente. Para fotografiar aves necesitaremos, al menos, lentes que van del rango de 300mm a 600mm, ojalá lo más rápido posibles; esto quiere decir que deben ser lo más luminosos posibles para lograr la mayor velocidad que se pueda y así obtener imágenes nítidas (f/2.8 es más rápido que f/5.6) A medida que aumenta la longitud focal, aumenta también el peso del lente, lo que para algunos podría ser un problema por la trepidación. En ese caso, necesitaríamos la ayuda externa de un trípode y un cabezal que gire horizontal y verticalmente. Sin embargo, hay muchos fotógrafos que fotografían a mano alzada, logrando excelentes resultados.
Respecto a la velocidad máxima con la que nuestra cámara pueda trabajar, se necesita que ésta alcance velocidades de entre 1/4000 a 1/8000. Con menos que eso, en caso de que queramos congelar un picaflor en vuelo, va a ser muy difícil o casi imposible lograrlo.
Nunca debemos fotografiar en modo automático. Esto es un error que muchas personas cometen por el solo hecho de creer que la máquina piensa por ellos. Ojalá tengan la paciencia de aprender a usar los modos Manual y Av o prioridad a la abertura.
El factor quizás más importante con el que debemos lidiar, es la luz. Las mejores horas para fotografiar son en la mañana (media hora después de la salida del sol) y en la tarde, antes de la puesta del sol. La calidad de la luz a estas horas es la mejor, ya que es más pareja y evita que nuestra fotografía quede con sombras o con blancos sobreexpuestos o quemados. A medio día también podemos lograr una buena fotografía, pero necesitaremos de alguna nube que haga de filtro ante la potente luz del sol.
Sin importar el largo del lente que tengamos, siempre será mejor acercanos lo más posible que podamos a nuestro sujeto. Así lograremos los mejores detalles y la mejor nitidez posible.
Por último, yo les recomiendo mucha práctica en terreno. Las horas de práctica y la lectura sobre fotografía los ayudará a mejorar día a día.
En un próximo post hablaremos de temas un poco más técnicos. Saludos!
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